Esta película está basada en el manga obra de Masami Yûki que se publicó entre 1988 y 1994 en la revista Shonen Sunday de Shogakukan, recopilada en 22 tomos. El argumento plantea una realidad alternativa situada en el año 1999, en el que el gobierno de Japón tiene entre manos el desarrollo de un ambicioso plan llamado "el Proyecto Babilonia". En esta descomunal empresa son empleados unos robots de gran tamaño pilotados por humanos, los labors, fabricados por la poderosa Industrias Shinohara, que desempeñan las tareas más peligrosas y pesadas en todo tipo de construcciones urbanas. Desafortunadamente cada vez són más utilizados por grupos terroristas y criminales para lograr sus funestos fines gracias al poder intimidatorio y destructivo de estas máquinas. Para dar captura y evitar las acciones delictivas perpetradas por estos labors criminales, se crean los Patlabors de la Policía Móvil de Tokyo. El misterioso suicidio de un importante ingeniero de robótica directamente implicado en el Proyecto Babilonia, desencadenará una serie de alteraciones de comportamiento en todos los labors de la ciudad de Tokyo que disponen de un nuevo hardware de funcionamiento. La inminente amenaza de un caos a gran escala, hará movilizar a la segunda sección de patlabor, encabezada por el capitán Kiichi Goto, la piloto Noa Izumi, el director de equipo Asuma Shinohara y el segundo piloto Isao Otah, para resolver cuanto antes estos extraños sucesos que les llevaran a descubrir un complot de proporciones que nunca imaginaron.
Lo mejor: Nos encontramos ante la primera película dirigida por Mamoru Oshii que sienta las bases que irán definiendo su cine, a saber; un estilo detallista y preciosista, contemplativo y reflexivo, un tratamiento acurado de los personajes, escenas de una gran poetica y fuerza visual, una historia adulta llena de giros, intriga y acción pura, todo ello bien orquestado en una de las mejores películas del género mecha (de robots gigantes). El diseño de labors y en concreto el de los patlabors es inmejorable, con todo tipo de aspectos mecánicos bien definidos que le dan credibilidad a un planteamiento que a día de hoy puede quedarnos aún lejos. Especial atención al Ingram 98/ALPHONSE de Noa y el nuevo prototipo de patlabor. Si a todo esto, le añadimos una banda sonora que capta a la perfección el espíritu y tono de la historia a cargo del magistral compositor Kenji Kawai (habitual colaborador en los films de Oshii), obtendremos un clásico del anime de todos los tiempos, de visión obligada.
Lo peor: Puede que el espectador que espere un anime de mechas al uso quede algo decepcionado por la falta de acción contínua y desenfrenada o por la predominancia del suspense y viscicitudes de los personajes humanos, pero es que nos encontramos ante una obra que si bien tiene los elementos propios del género, va un paso más allá. Que sus posteriores secuelas vayan perdiendo fuerza y encanto respecto a la que nos ocupa.
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